Desafortunadamente, la contaminación que afecta al planeta también afecta el agua, ya que la mayoría de deshechos van a parar a ríos y mares, generando daños en los ecosistemas y, una consecuencia, principalmente en los países del tercer mundo, es el incremento de enfermedades altamente letales por consumir agua contaminada.
Los desechos tóxicos de los productos químicos para la agricultura, fertilizantes, y plaguicidas son los principales contaminantes del agua y, aún en bajas concentraciones, pueden causar enfermedades como el cáncer.
Entre las consecuencias de tomar agua contaminada se encuentran enfermedades mortales como diarreas agudas, las cuales producen que las toxinas estimulen nuestro organismo a la secreción de los intestinos y producir la perdida de fluidos, deshidratación y, en muchos casos, llegar a la muerte. Otras de las enfermedades son:
Disentería: provocada por bacterias, causa diarrea en los pacientes. En adultos es raramente mortal, pero los niños son sus principales víctimas.
Cólera: es una infección bacteriana aguda del intestino que provoca numerosos episodios de diarrea y vómitos intensos, que a su vez pueden generar deshidratación aguda y provocar la muerte.
Paludismo: provocado por un parásito transmitido por ciertos tipos de mosquitos que habitan en zonas de aguas estancadas, es a través de la picadura que se transmite la enfermedad.
Esquistosomiasis: es causada por parásitos que penetran la piel de las personas que se están lavando o bañándose en fuentes de agua contaminada y provocan infecciones que dañan el hígado, los intestinos, los pulmones y la vejiga.
Tifus: enfermedad provocada por bacterias que causa fiebres, diarreas, vómitos e inflamación del bazo y del intestino.
Tracoma: es una infección de los ojos provocada por las deficientes prácticas higiénicas debido a la falta de agua o la existencia de condiciones insalubres. Los niños y las niñas son especialmente vulnerables ante ella.