Uno de los errores más comunes cuando viajamos a otros lugares del mundo, es tomar agua sin cuestionarnos si es potable o no, solo porque tiene un aspecto cristalino. Sin embargo el color, el olor y el sabor no son suficientes signos para saber si el agua contiene microbios, parásitos o sustancias tóxicas.

 

Por eso es importante cuestionarse antes de ingerirla ya que el agua contaminada es una gran fuente de enfermedades como la diarrea o fiebre en el caso menos grave. En algunos países donde el agua contaminada se consume diariamente se producen graves enfermedades como la hepatitis, polio, cóleras, tifoidea entre muchas otras que pueden ocasionar hasta la muerte.

 

Otras enfermedades como la sarna, las infecciones en la piel, la conjuntivitis y las lombrices también son ocasionadas por el agua contaminada cuando se usa para asearse o lavar los alimentos. Cuando las personas de una comunidad enfrentan emergencias por falta de agua potable lo más común es que a las semanas comiencen a aparecer casos de sarna que si no son tratados a tiempo pueden llevar meses y hasta años curarse.

 

Este enemigo silencioso en forma de agua estancada, ocasiona plagas de mosquitos que con su picadura pueden transmitir enfermedades como el dengue, malaria y la fiebre amarilla, estas enfermedades también son comunes en las ciudades y pueden afectar a cualquiera sin importar la zona.

DIFERENCIAR EL AGUA POTABLE, DEL AGUA CONTAMINADA NO ES TAN FÁCIL COMO MIRAR SI EL AGUA SE ENCUENTRA SUCIA O LIMPIA.